Después de un hecho tan terrible como el terremoto de abril del año pasado, en el que tantas personas murieron, muchas quedaron heridas con secuelas físicas y psicológicas incluso en la actualidad, además en las ciudades y pueblos de la zona afectada aún se pueden ver fácilmente las graves consecuencias. Tremenda catástrofe llevó a muchas personas a dar de forma desinteresada ayuda en forma de agua, alimentos, medicinas, ropa, y demás productos de primera necesidad que llegaron en grandes cantidades desde diversos lugares. Han pasado más de 10 meses desde el terremoto, y han sucedido otros desastres naturales, por ejemplo las inundaciones producidas hace pocos días.
Sin embargo, hay una tragedia que se puede considerar peor, que ha afectado a buena parte de la población, se trata del odio que se ha creado entre las personas debido a los temas políticos, por una parte algunos que escribieron mensajes de desprecio y burla hacia los manabitas debido a que en esta provincia el candidato correista recibió un mayor porcentaje de votación, por otra parte otros que motivados por una aparente venganza, como protesta, lanzaron latas de atún, entre otros objetos, en algunas centrales del partido político "CREO".
Todo esto es extremadamente penoso y lamentable, ya de por sí es malo si estas acciones y mensajes hubieran sido realizados de forma organizada por los partidos políticos, pero aún sería peor, si fuese una expresión espontánea, en el primer caso, la motivación sería la impotencia o el oportunismo político, pero en el segundo se verifica un profundo resentimiento entre las personas hasta el punto de odiarse gravemente entre si.
Esto, por desgracia, no es coincidencia, después de tantos años de vivir en medio de un discurso de odio entre clases sociales, en medio de mensajes de envidia buscando confrontar a aquellos que tienen más bienes materiales con quienes tienen menos, lo cual ha sido ampliamente difundido por aquellos quienes deberían cuidar del bienestar de la nación, es decir, el gobierno. Así pues, se ha abonado el terreno para que el odio y el desprecio sigan creciendo, llevando a las personas a cometer actos reprochables, que no se compadecen en nada con la más básica Caridad Cristiana, para mayor desgracia este tipo de comportamiento podría degenerar en algo todavía peor, se suele decir, que todas las revoluciones se comen a sus hijos, por algo será.
Dice nuestro Señor Jesucristo: "Y si dentro de un reino hay divisiones, ese reino no puede sostenerse." Evangelio según San Marcos 3.24. Es decir, el engendrar odio y desprecio dentro de una misma nación, solo lleva a la ruina y desgracia de la patria.